Quedé con la familia de Connie en la playa de Roda de Barà. El día era gris.. cruzábamos los dedos. Era domingo, bien prontito y la playa estaba solitaria. El ambiente era un regalazo para los sentidos. La luz post tormenta suele ser preciosa, no hay sombras duras y los colores se integran en el paisaje creando escenas que sumadas a las sonrisas de Celine, Alan y Aitor lo ponen todo fácil-faaaaaacil. La que no me lo puso nada fácil fue la prota, Connie, ella no es nada de fotos, … ella es de correr, chapotear, desmelenarse y .. perseguir a SU PELOTA!
Así que, Connie pelota en boca y yo cámara en mano nos pasamos la mañana sacando fotos. Y lo mejor es que el cielo fue cambiando y nos fue regalando un abanico de luces que disfrutamos infinito.
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