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Me encantará que te leas su historia porque va de amor y desamor. De paciencia infinita. De luchar, llorar, reír. Pero sobretodo va de ser valiente y asumir errores. Y es que, las preciosas bolitas de pelo que nos enamoran con 3 meses.. crecen.. y… nos desquician.. ¿qué hacemos entonces? ¿te ha pasado?

Me maravilla que ponga estas letras. Ella sabe bien, que no son las más amables del mundo. Y son absolutamente necesarias, porque no se habla de elllas. Y, quien sabe, igual pueden ayudar a alguien que este pasando por una situación similar. Y si has pasado por algo parecido nos encantará que lo cuentes abajo en los comentarios.

 

>>>> Te dejo con las palabras de Eva <3
Soy perruna desde el día en que nací. Mi familia es amante de los animales. Pero fue al separarme cuando decidí tener mi «primera» compañera. Kara, fue la elegida, una hermosa schnauzer miniatura negra. Era una perrita diez, tozuda como nadie pero tremendamente cariñosa con los suyos. Compartimos 11 años maravillosos. Pasé un duro duelo cuando se fue, pero llegó el día y Vespa entró en mi vida.

Vespa, una locuela border collie de apenas tres meses, que desde los primeros días supe que me daría guerra.

Los primeros meses, diría que, incluso el primer año con ella fue durísimo. Tenía la sensación y era real, que entre nosotras no había nada de feeling. Era una perra que en pocas palabras, me superaba.

Mucha gente cercana me insinuó que «devolviera» a Vespa. Me veían sufrir. Pero ¿sabes qué? me había dejado llevar por la belleza y no conocía las necesidades reales de la raza. Así que debía asumir mi responsabilidad. Jamás me desharía de ella.

Así que busqué ayuda. Estudié la raza y sus necesidades. Nos apuntamos a muchos cursos y seminarios y trabamos duro, muy duro, llegando a cambiar por completo mi estilo de vida, yo antes era una friki urbanita !!!

Pero lo que realmente nos salvó y unió fue descubrir el pastoreo, un mundo al que ella pertenece y yo no puedo negarle, no sería justo !!!
Ahora estas urbanitas nos escapamos siempre que podemos a pastorear por Navarra y el País Vasco, Vespa disfruta con las ovejas y yo con su gente.

Cuatro años después. Vespa, ES EL ERROR MÁS BONITO DE MI VIDA !!!!