La historia de Manuel es de esas peculiares. Una mañana estaba haciendo fotos. Cruzamos una palabras y al saber que era fotógrafa, y que con ellas hacía cuadritos personalizados, me pidió si le podía hacer unas fotos. Así que allí, sin más, hicimos una mini sesión con Yako, de nueve meses y al que acababa de adoptar.
La fotografía, y sobretodo los animales, unen a la gente. Desconocidos que entablan conversaciones…. la barreras se evaporan y gracias a mis dos pasiones se me abren puertas a mundos desconocidos.
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