Cuando me escriben un mail, y es para una sesión regalo, ya sé de antemano, que esa persona es especial. Y creo que esta vez puedo decir que, ha superado lo inimaginable. La historia de Antonio, Bukito y Aria es preciosísima. Me encantaría poder explicarla enterita, pero, con el debido respeto, me guardo una parte muy especial para mi y os cuento sólo un poquito de ellos.
Es la historia de enormes corazones. De perros que llegan para animar y poner alegría a etapas poco agradables.
Por eso primero llegó Bukito, la adopción de un cachorro chiquito-chiquito que sólo verlo ya supo que era ËL, y al que le une un amor indescriptible. Este machote tiene un genio muy Buki, duro por fuera, dulce por dentro.
Al cabo de un año, y para que Buki no estuviera solo, llegó la alegre, activa y divertida Aria. La adatación costó un poquito, pues destronar al rey siempre cuesta, pero Aria es increiblemente cariñosa y hoy son inseparables.
Así que después de todo, se han convertido en carne y uña, y juntos son, los perrillos de su corazón.
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