Gran corazón. Así empieza esta historia de Mireia, y es que no se me ocurre mejor descripción para ella y su familia perruna. Mireia adopta con los sentimientos en piel. Palmete lo sabe. Lucca lo sabe.
Palmete era un miedoso en estado puro, casi 3 años pasaron hasta que se le podía tocar sin salir corriendo. Lucca un pequeño nervio que nadie quería, abandonado precisamente por su carácter.
Por su casa han pasado muchos «casos perdidos» y en su casa han encontrado el calor del hogar.